Desmontando Mitos

10 MITOS SOBRE EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER ENTRE IGUALES

MITO 1: EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER ENTRE IGUALES ESTÁ INCREMENTANDO

En contra de la creencia popular de que el maltrato por abuso de poder está incrementándose en los últimos años, el informe del Defensor del Pueblo (2007) muestra que entre 1999 y 2006 se produjo un descenso en todas las situaciones de maltrato. ¿Cómo se puede explicar este descenso? El descenso puede deberse a que entre ambos estudios se han aumentado las medidas de prevención e intervención: formación del profesorado e intervención en los centros, por ejemplo. Es muy importante tener en cuenta el contexto donde surge el maltrato de cara a la intervención y la prevención, ya que en este estudio se mostró que es más habitual que se produzca cuando el profesor no está presente (por ejemplo en el patio o en el aula sin presencia del profesorado). 

Defensor del Pueblo, 2007
Defensor del Pueblo, 2007
Defensor del Pueblo, 2007
Defensor del Pueblo, 2007

El punto álgido del maltrato por abuso de poder entre iguales está entre los 9 y los 14 años (últimos años de primaria, primeros de secundaria). Y disminuye al final de la secundaria (14 - 16 años), a lo largo de la adolescencia.

El estudio de Rigby y Smith (2011) muestra que ha habido un descenso significativo del maltrato por abuso de poder entre iguales en varios países, debido a la alarma social sobre este fenómeno y sus implicaciones. Sin embargo, los resultados obtenidos ponen de manifiesto que no hay una definición común de maltrato por abuso de poder, y que cada país emplea una metodología diferente tanto en las intervenciones como en los instrumentos empleados para la recogida de datos. Por tanto, los resultados no son compatables. Aun así parece ser que los programas implementados en los colegios para hacer frente al maltrato por abuso de poder entre iguales consiguieron reducir en un 20% su prevalencia.

Existe una mayor alerta social orientada a la conciencia de la prevalencia y nocividad de este fenómeno.

MITO 2: EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER ENTRE IGUALES ES VIOLENCIA FÍSICA

La mayoría de los jóvenes piensa que el acoso escolar consiste en pelear, pegar puñetazos, empujar a otro... Es decir, consideran que unicamente se refiere a enfrentamientos físicos. Sin embargo, en el maltrato por abuso de poder entre iguales también encontramos los insultos, la exclusión (p.e. hacer el vacío a otro) (Voors, 2005).

MITO 3: "SON JUEGOS DE NIÑOS"

La idea de que cuando un compañero se mete con otro lo hace como parte de un juego, sin malas intenciones. Las excusas como "ha sido una broma" o "estábamos jugando" no deben ser aceptadas en los casos de maltrato por abuso de poder entre iguales, porque con estas acciones se está ofendiendo a otra persona (Voors, 2005).

MITO 4: EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER ES UNA VÍA NORMAL PARA SOLUCIONAR LOS CONFLICTOS

Es ciero que la conflictividad y la agresividad son aspectos cuyo surgimiento no se puede evitar en las relaciones entre iguales. Además, aprender a resolver los conflictos es una competencia social que todo niño y niña debe adquirir. Sin embargo, la resolución mediante el respeto mutuo no siempre es tan fácil, y lo rápido es resolverla mediante las peleas, los insultos... "Ojo por ojo, diente por diente". Esta racionalización de la resolución agresiva de los conflictos hace que el maltrato por abuso de poder se pueda perpetuar en el tiempo, llegando a considerarlo algo normal. Por tanto, hay que enseñar a los niños y niñas que esta no es la manera de resolver los conflictos, que hay otras formas más asertivas y que se basan en el respeto mutuo (Voors, 2005).

MITO 5: EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER ENTRE IGUALES ES COSA DE CHICOS

Los adultos tienden a pensar que el maltrato por abuso de poder está perpetuado únicamente por chicos. Los chicos a veces reconocen que son agresores y son más activos físicamente, por eso como se suele relacionar el maltrato por abuso de poder con la violencia física se tiende a pensar que son los chicos los que perpetúan esta acción. 

Sin embargo, las chicas también lo cometen y pueden llegar a ser tan crueles como los chicos. Ellas no suelen emplear demasiado el maltrato físico, pero sí el verbal o la exclusión.

Además, también hay maltrato por abuso de poder de chicos a chicas y viceversa, a veces con connotación sexual (Voors, 2005).

MITO 6: MALTRATAR O SER MALTRATADO NO HACE NINGÚN DAÑO DURADERO

Que un compañero te insulte se ha llegado a normalizar, por ello muchos adultos no piensan que sea algo dañino para los niños y niñas, y en caso de ser así que no será algo duradero. Se considera el maltrato por abuso de poder una fase provisional que se superará cuando los niños y niñas vayan creciendo. 

Aunque es cierto que se supera de manera espontánea las conductas y actitudes que fomentan el maltrato por abuso de poder, no ocurre lo mismo con las consecuencias: éstas pueden llegar a durar toda la vida si no se interviene pronto.

Lo "positivo" es que el maltrato es una conducta aprendida, y como tal se puede intervenir para modificarla. Pero para poder intervenir alguien tiene que haberse dado cuenta de que un niño o niña está abusando de otros. 

MITO 7: EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER SÓLO SE OBSERVA EN LOS MENORES

Esta creencia de que el maltrato por abuso de poder únicamente sucede en la infancia es errónea, muchos adultos en situación de desequilibrio de poder se aprovechan de su condición de superioridad para intimidar, ya sea física, verbal o socialmente, a otros.

Voors (2005) afirma que el maltrato por abuso de poder entre iguales que ocurre en la escuela surge porque los niños y las niñas aprenden mediante modelado de los adultos que también abusan de su superioridad. Ya que en muchos casos, el acoso realizado por los adultos está aceptado porque se considera que son bromas o chistes degradantes que se pueden hacer.

MITO 8: SOPORTAR EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER HACE A UNO MÁS FUERTE

Algunos se exculpan diciendo que el otro "se lo ha buscado" por ser muy pasivo o por ser diferente a los demás. Una creencia extendida es que el maltrato por abuso de poder hace que la víctima se "curta" y sea más fuerte, es decir, pasa de ser débil a ser fuerte. 

Sin embargo esto no es así. Esta situación no hace que el menor o la menor víctima de maltrato por abuso de poder se cree una imagen más fuerte y positiva, sino que estos menores se sienten mal y disminuye su autoestima. De hecho, Voors (2005) afirma que si no se le enseñan estrategias adecuadas de asertividad el niño o la niña víctima perderá la capacidad de desenvolverse solo en la vida.

MITO 9: EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER ENTRE IGUALES ES UN RITO DE PASO

Algunos adolescentes consideran que maltratar o ser maltratado es una especie de prueba, para ver si son capaces de afrontar las situaciones difíciles que nos plantea la vida. Esta idea errónea se fundamente en el razonamiento de que el sujeto que es capaz de soportar el maltrato o de perpetuarlo, está preparado para pasar a una etapa superior. Se considera un rito de paso.

Los jóvenes asumen que el maltrato por abuso de poder se corresponde a un rito de paso, a una situación necesaria para la transición de niño a adolescente. Muchos realizan acciones humillantes o degradantes y soportan estas conductas para ser aceptados en un grupo (Voors, 2005).

MITO 10: EN EL MALTRATO POR ABUSO DE PODER QUIÉN TIENE EL PROBLEMA ES LA VÍCTIMA

En la mayoría de situaciones de maltrato por abuso de poder los adultos se centran en "solucionar" o "intervenir" con el menor o la menor que ha sido víctima. Sin embargo, no hay que olvidar que se debe trabajar con todos los implicados en la situación: agresor/a, víctima y testigos. 

De hecho, los testigos son los más olvidados, los adultos no suelen tener en cuenta su participación (ya sea activa o pasiva) y no suelen intervenir con ellos. Sin embargo, es muy importante intervenir con éstos puesto que en ocasiones no saben que hacer o tienen miedo de que la acción se vuelva contra ellos y comiencen a ser el blanco de las acciones de maltrato por abuso de poder. Además, otros testigos instigan a que la acción continúe y por ello también habría que trabajar con ellos porque de una forma u otra están haciendo daño a la víctima que está sufriendo maltrato.

Tampoco se suelen tener en cuenta las necesidades de los abusones ya que unicamente son castigados por su mala conducta, pero no se interviene con ellos y no se les dota de las herramientas necesarias para lograr resolver los posibles conflictos de otra manera, no se atienden sus necesidades emocionales...


Facultad de Psicología | 2016 | Universidad Autónoma de Madrid
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar